domingo, 6 de septiembre de 2009
En recuerdo de Humberto Facal
“El que sabe, sabe y el que no, es jefe”
Prof. Cristina Ballari de Facal
Parece raro que sea yo quien escriba esta semblanza de mi esposo, más raro aún, que la titule con una de sus frases predilectas, pero es que si otro lo hiciera tal vez no reflejaría el interior de este hombre común y genial al mismo tiempo que -fiel a su filosofía de romper con los moldes- tuvo la ocurrencia de morirse así, de prepo, el 7 de agosto pasado.
Su vida estuvo repartida entre dos amores: la música y la electrónica. Lo conocí con el mote de “el loco Facal” y nadie que le haya sido cercano preguntará por qué. En la vida musical de Santa Fe fue un referente en cualquier género. En folclore, integrando sucesivamente “Los Costeros” y “Los Paranaseros”; en la música tropical, tocando en diversos grupos que sus amigos recordarán mejor que yo, ya que nos separaban diez años cronológicamente y mientras él se ganaba la vida en el escenario, yo iba creciendo.
Bossa Cuatro fue un éxito del que formó parte; colaboró con los espectáculos de “Los Mamelli” y “Ping Pong”; acompañó -a veces con la guitarra, a veces con el contrabajo- a tantos músicos entrañables de Santa Fe: Claudio Monterrío, Víctor Hugo Canale, Pelusa Cardozo, Don Juan Robles, Coco Domínguez, Luis Rocco, Kuki Luna, Rodolfo Forni... quien lo convocaba, contaba con él.
A veces me reía y para explicar lo “capo” que era, yo le decía al ocasional oyente: “Si le silbás el himno de Japón, al cuarto compás te está acompañando”. Su formación fue absolutamente asistemática, pero una figura fue señera en su vida: el Padre Osvaldo Catena. De él aprendió a vivir la música y la fe.
Integró primero “Los Cantores de Cristo Obrero” y, hasta su último día, el “Grupo Pueblo de Dios”. En todo el país, seguro que alguien canta y cantará sus canciones religiosas: “Señor, haz de nosotros”, “Dános tu vino, Señor”, “Milonga para Pedro”, “Conversión”, “El llamado”, “El Señor es mi Pastor” y tantas otras. Su última obra fueron los Salmos dominicales que el Padre Catena no había musicalizado, editados en el CD “Caminaré en presencia del Señor”.
Pero me puse muy formal y eso no iba con él, por eso termino diciendo que era “un loco lindo”, que renegaba de “los oropeles vacuos” (dirían Les Luthiers) y que vivió siempre a puro corazón.
(*) el lunes 7 de septiembre se cumple un mes del fallecimiento de H. Facal
fuente: DIARIO 'EL LITORAL' DE SANTA FE- 5 DE SEPTIEMBRE DE 2009
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