viernes, 6 de julio de 2012

LA POETISA ARGENTINA ANA MARIA MACHADO LLEGO A HACERLE DE LAZARILLO AL GRAN POETA Y ESCRITOR JORGE LUIS BORGES, Y CON EL APRENDIO LITERATURA INGLESA Y NORTEAMERICANA.



Ana María Machado



Ana María Machado.

Ana María Machado es una poetisa argentina, nacida en la provincia de Misiones, el 24 de abril de 1936 (76 años), aunque vivió casi toda su vida en Buenos Aires.


En 1966 apareció su primer libro, "Vagajes de Vivencias". En 1985 publico su segundo Poemario, "Natividad".
Pionera en el mester de juglaría de llegar al lector en forma directa, en plena avenida Corrientes, en la puerta del teatro San Martín, Ana María Machado es un mito viviente de la ciudad de Buenos Aires.

De su pluma salen versos lacerantes, denunciadores y tiernos, cuando tratan de los desposeídos y de sus nietos.
Por el momento sigue vendiendo sus poemarios frente al teatro San Martin, y espera seguir haciéndolo.
Es una figura ya incorporada en el recorrido de todos los contingentes de Turismo que visitan la Argentina.

Enlaces externos

  • Sitio oficial de Ana Maria Machado
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  • JUBILADOS: ANA MARIA MACHADO, LA POETISA DEL CENTRO CULTURAL SAN MARTINVendedora ambulante de sus propios sueños
    Todas las tardes, desde 1985, se la ve ofreciendo su libro Natividad 
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  • Ya colocó 70.000 ejemplares 
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  • Fue lazarillo de Borges y con él aprendió literatura inglesa


    ENRIQUE O. SDREC

  • Nació en un pueblito misionero que se llamaba Villa Lanús. Después, con el correr de los años, pasó a llamarse Villa Poujade, en homenaje a su abuelo. Hoy el lugar pasó a convertirse en un suburbio de la ciudad de Posadas. Un día, cuando era una niña -hace de esto 60 años-, sus padres decidieron afincarse en la Capital Federal, lo que le permitió a Ana María Machado concretar dos decisiones que había tomado a los 10 años de edad: ser poetisa y cursar Filosofía y Letras
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  • -Lo digo sin un atisbo de arrogancia o vanidad: he sido acompañante de Jorge Luis Borges, uno de los escritores más grandes que hemos tenido, y ese solo hecho significa para mí un premio de incalculable valor. 
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  • Llegué a hacerle de lazarillo y con él aprendí literatura inglesa y norteamericana. Todo ese pasado justifica con creces las vicisitudes que he debido afrontar, y sigo afrontando, no sólo para poder escribir sino para colocar mis obras -nos cuenta en su humilde vivienda de Constitución esta mujer que desde hace muchos años es conocida como La poetisa del San Martín, ya que desde 1985 se para todas las tardes en la puerta del Centro Cultural General San Martín para vender su libro Natividad, cuyo rico contenido no se compadece con su precaria presentación, ya que se trata de un texto mimeografiado con páginas sujetas con los clásicos broches de abrochadora.
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  • -Ya llevo colocados 70.000 libros, y digo colocados porque no los vendo, sólo le pido al interesado una modesta colaboración y, aunque parezca mentira, con eso estoy viviendo. 
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  • Es una historia con un comienzo triste, porque se lo dediqué al Hospital Nacional Infanto-Juvenil Tobar García.
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  • -¿Fue su primer libro?
     
  • -No. El primero lo titulé Bagajes de vivencias. Eso fue en 1966, y hoy lo considero un pecado de juventud. De todos modos no está dicha todavía la última palabra. Pienso incursionar por el ensayo y el teatro. Y aspiro a que mis obras se conozcan a nivel internacional. Sé que no es tarea fácil. Que deben vencerse infinitos contratiempos y obstáculos..
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  • .-¿Como cuáles?
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  • -Como por ejemplo no estar revestida con un barniz académico. En los 60, cuando me di cuenta de que era imposible conseguir un editor que publicara mis obras por ser una ilustre desconocida, comencé a recorrer bares y confiterías ofreciendo mi libro Bagajes de vivencias por lo que quisieran darme. En poco tiempo había colocado 6.000 ejemplares y ya me sentí con derecho a contactarme con la Sociedad Argentina de Escritores. Me equivoqué fiero. Uno de los directivos me espetó: ¿Cómo se atreve a pretender ingresar a la SADE una persona que vende sus libros por las calles y en los bares, dejándolo en mesas llenas de migas y trozos de pizza? 
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  • En ese momento fui yo la que rompí con la SADE, y no ellos conmigo.
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  • -En Natividad usted se refiere a los desaparecidos en la última dictadura militar, habla de lo cerca que estuvimos de entrar en guerra con Chile allá por 1978 y, específicamente, incursiona por la guerra de las Malvinas. ¿Le da eso al libro un tinte político?
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  • -Si lo tiene, no ha sido mi intención. Sentí necesidad de hacer conocer lo que pensaba respecto del más grande genocidio que se recuerda en el país, de cómo un general con intoxicaciones etílicas metió a nuestros chicos en una guerra absurda y de lo cerca que estuvimos de trenzarnos con nuestros hermanos chilenos disputando el canal Beagle
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  • .-¿Su momento de mayor angustia?
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  • -Cuando se incendió mi departamento y las llamas arrasaron no sólo con mis pocos muebles sino, lo que es peor, con mi archivo y con mis libros.
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  • -¿El de mayor alegría?
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  • -Fue en 1988. Una muchacha estadounidense, que dijo ser profesora de castellano en California, se llevó Natividad al encontrarme ofreciéndolo en la calle Corrientes. Hace dos años me vino a ver un argentino, residente en Los Angeles, y me contó que aquella muchacha le había mostrado mi libro, en los Estados Unidos, y le había contado mi historia. Aprovechó su viaje a Buenos Aires para conocerme. Usted debe ser, en el mundo, la única vendedora ambulante de sus propios libros, me dijo emocionado.
  • fuente: DIARIO CLARIN - BUENOS AIRES
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