jueves, 29 de diciembre de 2011

EN ROSARIO: Radio abierta de las mujeres del penal 5 de Rosario


Un respiro de libertad

La ONG “Mujeres tras las Rejas”, que realiza el taller de radio en el penal de Mujeres de Rosario, este año cerró su ciclo de una forma especial. Borrando los límites del adentro y del afuera, las chicas llevaron a cabo el programa, que se emite habitualmente desde el penal, mediante una radio abierta (desde la sede de ATE). Un sinfín de emociones rondaron por el lugar: nervios, alegría, sofocamiento, dudas, miedo. enREDando traspasó el muro imaginario y se sintió parte de la experiencia.


El jueves 15 de diciembre, la ONG Mujeres tras las Rejas, junto a las internas del Penal Número 5 de la ciudad de Rosario, llevó a cabo su programa de radio habitual mediante una exposición abierta al público en el local de ATE. Normalmente el programa se emite los jueves de 16 a 17 desde la cárcel de Mujeres y por FM Aire Libre, Radio Comunitaria.


Con un gran trabajo de los operadores y de los compañeros que realizan diversas tareas para que todo salga como se planea, con la coordinación de Graciela Rojas y colaboración de un grupo de estudiantes de Comunicación de la UNR.
Ese jueves fue algo atípico. Dentro de la sede de ATE Rosario confluyeron un sinfín de emociones difíciles de manejar.


Era extraño pensarse y verse en un mismo sitio, sin estar separados por ninguna reja, todos afuera, pero todos adentro.
Muchos guardias intentaban que las chicas mantuvieran el orden, las esposaban para ir al baño, las miraban de reojo, casi como un cazador a su presa. Nadie podía acercarse, sólo los autorizados por ellos.


La experiencia fue más que grata. No sólo para las chicas que pudieron salir, sino también para todos los que concurrimos esa tarde y pudimos involucrarnos en sus realidades y sus historias de vida.
Cada emoción tiene un nombre Era impresionante ver las caras de las chicas. Todas de distintas edades, distintas contexturas y diferentes modales. Los nervios se les salían por donde podían, pero también se les notaba el entusiasmo con el que habían llegado hasta allá, pese a que sabían que era sólo un respiro de libertad.


Cada una tuvo que contar qué sentía con esta nueva experiencia, ver a la gente que apreciaba su práctica, separadas por un muro imaginario que no dividía sino que unía las voces en reclamos de derechos, de dignidad y de respeto.


Si hubiera que elegir alguna de las historias, creo que me quedo con la de Rocío. Fue la que menos habló, porque le daba vergüenza, pero su cuerpo hablaba por sí mismo. Su piel morena, su cara hinchada (nadie sabe porqué), su vientre a la espera de dar vida a un nuevo ser, sus piernas cansadas, su vocabulario corto y algo fuera de lo “adecuado”.


También podría inclinarme por Gladis. El largo cabello rubio permitía recordar a una de las mejores telenovelas, esas de ricos y famosos, o a esas mujeres que pasan horas y horas en la peluquería. Su forma de hablar la diferenciaba del resto, su tristeza por haber perdido a su madre hace poco tiempo, se le escapaba más allá de las palabras.



Marta fue la más elocuente, pese a la situación que no la dejaba expresarse como ella sentía. Fue quien exigió el respeto de los derechos que tienen las mujeres presas. Su imagen daba cuenta de una verdadera justiciera dentro del penal. Extrañaba a su nieto. Al menos quería abrazarlo. Cada una de las historias podría tener miles de anotaciones, extender cada renglón con lo percibido por los participantes.


Pero es tan amplio el universo de sensaciones y de palabras que no alcanzaría el tiempo ni el espacio.
No hacía falta afinar tanto el oído, sino abrir el corazón y dar paso a las emociones que se adueñaban del micrófono. No olvidaron sus culpabilidades, las recordaban en cada palabra, o al mirar las caras de los guardias que se apostaban a cada lado del salón, separados por pocos centímetros.


También utilizaron la palabra para exigir sus derechos como personas privadas de su libertad.
Al ritmo de las cumbias que cortaban los bloques y de temas de bandas internacionales como Queen, el grupo de chicas fue soltando las palabras, luego leyeron los mensajes que pasaban las personas que estaban allí presentes. Todo fue en perfecto orden y tiempo radial.


También estuvo presente una poeta erótica, Fanny Jaretón, es cordobesa y amiga de las chicas. Fue entrevistada en vivo por las realizadoras del programa y tuvo la oportunidad de recitar sus propios versos para todo el público. Contó su experiencia en el penal, su relación con las internas y se emocionó hasta las lágrimas.



El que lo escuchó por la radio tal vez no encontró cosas sorprendentes, a lo mejor lo notó en las palabras, en el tono de su voz o en el pronunciar quebradizo cuando se tocaban algunos temas personales. Pero quien estuvo presente en el lugar pudo notar la diferencia, ese sentir incomparable de quien se pone a pensar qué es en verdad la libertad, cual es la diferencia de estar presos dentro de una cárcel o fuera de ella, presos de una vida que muchas veces no queremos pero que aceptamos sin chistar.


El programa “Mujeres tras las rejas” se despidió hasta el próximo año, dejó abierta la invitación para seguir escuchándolas por FM Aire Libre (91.3).


fuente: http://www.enredando.org.ar/noticias_desarrollo.shtml?x=70826


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