domingo, 25 de diciembre de 2011

El periodista Rogelio Alaniz presentó su novela policial, “¿QUIÉN MATÓ Al BEBE URIARTE?”. Una novela sobre el poder y las redes del poder



SE PRESENTÓ “¿QUIÉN MATÓ Al BEBE URIARTE?”

Una novela sobre el poder y las redes del poder


El periodista Rogelio Alaniz presentó su novela policial, una nueva publicación de Ediciones UNL, coeditada con El Litoral. De la colección Itinerarios.

a.jpg

Gustavo Vittori, el autor, Adriana Crolla y Lucas Cejas protagonizaron la presentación del libro. También habló el rector de la UNL, Albor Cantard.

Foto: PABLO AGUIRRE

De la redacción de El Litoral

cultura@ellitoral.com


Esta semana en el aula Mariano Moreno de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, el periodista Rogelio Alaniz presentó su libro “¿Quién mató al Bebe Uriarte?”, una nueva publicación coeditada por Ediciones UNL y el diario El Litoral.

Allí estuvieron presentes, además del autor, el rector de la UNL Albor Cantard; el secretario de Extensión Gustavo Menéndez; el director del Centro de Publicaciones, José Luis Volpogni; el miembro del Consejo de Dirección de El Litoral, Gustavo Vittori y el ilustrador de la novela, Lucas Cejas; además de personalidades de la cultura, funcionarios provinciales y municipales, autoridades de la universidad, familiares y amigos.

“Este libro es de un amigo de muchos años con quien he compartido muchas reflexiones, y ahora comparto la presentación de esta novela policial”, expresó Cantard, en la presentación del libro.

El rector Cantard destacó que la UNL “sostiene una política editorial que responde a una universidad reformista, que genera nuevos conocimientos”.

De folletín a libro

“¿Quién mató al Bebe Uriarte?” comenzó como un folletín por entregas de 25 capítulos con el diario El Litoral. Gustavo Vittori explicó que “la idea original fue recrear aquellos folletines por entrega que se iniciaron con la prensa en el siglo XIX”, y continuó: “A mucha gente le ha resultado complicado leer por entregas y creo que tiene que ver con una cuestión de los tiempos. Hoy estamos acostumbrados al zapping y al querer cambiar todo el tiempo. Ahora se han juntado todas las partes en este libro”.

Además, Vittori, con tono de humor, contó la anécdota sobre el nombre del personaje de la novela, que fue el resultado de un error de tipeo. “Bebe Uriarte en realidad nació de la pluma de Rogelio como Bebe Iriarte. Cuando yo hago el servicio de prensa, en la promoción, evidentemente, me equivoqué y lo cambié por Uriarte. Cuando veo el servicio de prensa digo ¡quién cambió el nombre! Y pensé que era el diseñador del aviso, pero finalmente era yo el responsable”.

Vittori resaltó sobre la novela que “lo interesante del personaje y de la trama es que tiene cosas de novela negra norteamericana, con esas tonalidades rosadas que seguramente con tono provocador ha planteado Rogelio, sobre reconocidos personajes santafesinos. La trama toma partes de varios hechos policiales que ocurrieron en la ciudad de Santa Fe”.

El relato de las palabras

Rogelio Alaniz leyó algunos fragmentos del libro para presentarlo. Luego, reflexionó sobre el arte de escribir, al considerar que “el primer párrafo tiene que atrapar al lector, esta cuestión uno la aprende del periodismo. Hay que darle al lector expectativas necesarias.”

“Más allá de que se cuente una historia policial, lo que importa es cómo se la cuenta, cómo se trabaja con la palabra. Sobre el tema de Bebe Uriarte se puede hablar desde la política, la sociología, historia, porque en realidad la novela habla del poder y de las redes del poder, pero el tema es cómo hacerlo desde la literatura, y yo intenté hacerlo”, expresó Alaniz

Pero además de cómo trabajar con la palabra, este libro también trabaja con la ilustración, en este caso, a cargo de Lucas Cejas. En este sentido Alaniz comentó que el dibujante se incorporó al proyecto de los fascículos y “le dio un tono muy especial en aquel momento y, ahora, al libro”.

Por su parte, Cejas expresó que “fue gratificante compartir este proyecto con Rogelio Alaniz. Llevó mucho tiempo y horas. Cuando arrancamos con los fascículos tenía 140 dibujos, de esos seleccioné la mitad, y de esa mitad otra mitad. En el diario salió publicado a tres colores, pero en el libro está ausente el rojo”.




No hay comentarios:

Publicar un comentario