domingo, 21 de febrero de 2010

Situación de emergencia excepcional:200 milímetros hasta el mediodía del sábado, en Santa Fe City.


Una escena que se repitió en gran parte de la ciudad de Santa Fe. Los vecinos salieron a las calles, impotentes frente al avance del agua.

Foto: José Víttori




El temporal que se abatió sobre la ciudad de Santa Fe durante la noche y primeras horas de esta mañana representó una situación excepcional. Tanto es así, que en ese lapso cayeron casi 200 milímetros. Del total, 130 milímetros se precipitaron en apenas dos horas.

Resulta muy difícil dar explicaciones técnicas a los vecinos que se inundaron. Cuando el agua ingresa a cualquier vivienda, la bronca se suma a la desesperación lógica, más aún cuando esta ciudad vivió momentos dramáticos ante el avance de los ríos y el agua de lluvia acumulada.

Sin embargo, no hacerlo significaría seguir creyendo en soluciones mágicas. Aferrarse a fantasías puede representar un error que luego se paga caro. A decir verdad, faltan obras de infraestructura para mejorar los drenajes de la ciudad, pero se debe señalar que en los últimos años se han mejorado los sistemas de escurrimiento, captura y extracción de los excedentes pluviales. No obstante, hay que tener presente que estamos inmersos en pleno ciclo húmedo de El Niño, fenómeno que se reproduce con regularidad y este año ha provocado enormes daños en numerosas ciudades de América del Sur.

Apenas unas horas antes de que el temporal se abatiera sobre Santa Fe, la ciudad de Buenos Aires vivió momentos difíciles que se reflejaron por los canales de televisión de todo el país. En Capital Federal, apenas si habían caído 80 milímetros.

Pero además del caudal de agua caída, se debe tener en cuenta la intensidad. Los 80 milímetros de Buenos Aires cayeron con una intensidad promedio de 70 milímetros. Los 200 milímetros caídos en Santa Fe se precipitaron con una intensidad promedio de 95 milímetros.

Resulta económicamente inviable para cualquier ciudad planificar sistemas de drenaje para evacuar semejante cantidad de agua.

Según datos oficiales, durante los últimos dos años en Santa Fe se triplicó la capacidad de bombeo de los equipos que se encontraban instalados en el oeste, sur y norte de la ciudad. Además, se ampliaron 2,5 veces los reservorios, donde el agua se acumula antes de ser expulsada por las bombas hacia los ríos que rodean al casco urbano. A su vez, se transformaron en permanentes otras bombas que hasta entonces eran móviles.

También se construyó la estación de bombeo de Guadalupe Oeste, que no existía, y otras dos se están construyendo

Llevar el agua hacia los reservorios es otro desafío. Para ello deben invertirse mil millones de pesos para construir canales troncales este-oeste. En estos momentos, algunas obras se están realizando, pero pasará mucho tiempo hasta que el sistema esté terminado.

El escurrimiento del agua hacia el oeste encuentra otros escollos. Por un lado, la basura acumulada en los desagües. Por otro, la avenida de circunvalación que no permite el trasvase inmediato del agua que llega desde la ciudad, hacia el río Salado.

La ciudad de Resistencia, en Chaco, cuenta con una infraestructura planificada durante muchos años para sacar el agua. Sin embargo, hace poco tiempo sufrió inundaciones debido a la intensidad de la lluvia caída.

En definitiva, no sólo es importante la capacidad de bombeo, sino la posibilidad de que el agua recorra la ciudad y llegue a los reservorios.

La situación en la costa y en Alto Verde es todavía más complicada. Allí ni siquiera se pensó un plan director de desagüe. La Municipalidad instaló de manera permanente bombas que hasta hace poco eran móviles, pero se deberá elaborar un plan global para esta zona cuya población aumenta día a día.

Según la Municipalidad, durante la jornada de hoy la capacidad instalada de bombeo en toda la ciudad funcionó al máximo. Sin duda, no fue suficiente.

Santa Fe se encuentra rodeada por agua. Convivir con esta realidad es inevitable, aunque se deberá trabajar para reducir el impacto todo lo que sea posible.

Las actuales autoridades tienen la enorme responsabilidad de avanzar en los planes ya previstos y de comenzar a elaborar aquellos que todavía no fueron delineados. El cambio climático lo exige. Llegó la hora de abordar el problema con el compromiso de trabajar con criterios de política de Estado.
fuente: diario EL LITORAL- SANTA FE, sábado 20 febrero 2010.-

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