viernes, 21 de agosto de 2009
Pablo Urquiza, desde París...una música que cautiva
Autor – Compositor – Poeta
El universo poético de Pablo Urquiza se expresa tanto por la música como por la escritura.
Artista completo, poeta y músico en su integralidad, ha proporcionado una presencia dinámica y encantadora a la poesía de las provincias argentinas, creando la "Colección Poèmes, Poemas »
POESIA :
Argentina
1982 DETRAS DE LOS CIELOS
1987 LA POESIA COMO UN HUESO
1991 POESIA EN SITIO
2000 LA PAGINA PARIS
Francia - Argentina
2004 - ASILO PERSONAL, ASILE PERSONNEL
Argos y Abra Pampa
ANTOLOGIAS de la poesía argentina :
2004 - ENTRESILENCES Neuf poètes argentins
L'Inventaire - Abra Pampa - Collection d'Autres Lieux
2006 - TUCUMÁN Huit poètes argentins
Abra Pampa - "Collection Poèmes, Poemas"
PREMIOS LITERARIOS
1979 - Premio de Poesía de la Universidad de Córdoba y de la Municipalidad de La Calera
1980 - Mención especial del Concurso Luis de Tejeda de la Municipalidad de Córdoba
1981 - Premio Universitario de la Escuela de Letras Modernas de la Universidad de Córdoba
2000 - Mención Especial del Premio Pulsares de la Provincia de Buenos Aires
2002 - EXHIBICION INTERNACIONAL DE POEMAS – POSTER DE POETAS IBEROAMERICANOS
CONTEMPORANEOS : St. Thomas University Fredericton, N.B. Canadá
Consagrado a sus dos pasiones, la literatura y la música, decide abandonar su carrera docente para vivir de y por sus instrumentos.
En 1991, Pablo se instala en Francia y compone su primer CD
« PARA LLAMAR AL VIENTO »
Discografía :
1991 - POUR APPELER LE VENT - AbrA Productions, France
1993 - HAVRE DE L'ESPERANCE - AbrA Productions, France
1995 - FLUTES DES ANDES - Editions De Mortagne, Québec
1995 - CEREMONIE TERRESTRE - Amrita, France
1996 - TERRE DU CIEL - AbrA Productions, France
1997 - El CHE VIVE! Last Call, France
1997 - ARGENTINE: LES CHANTS DE L'AME - Playa Sound, France
1997 - ENTRESILENCIOS - AbrA Productions, France
2001 - ETRE ANGE - AbrA Productions, France
© Derechos reservados Abra Pampa 2006
Canción
pablo urquiza
Debía escribir la reseca canción,
comer contigo en el restaurant de las amables cortinas y las flores
mi tristeza,
la ronda de los pájaros sin cielo.
¿ Qué desierto, qué otra espuma, qué oración inútil de los organilleros
habría de convertir los días en canción ?
Debía nombrarte,
debía escribir la reseca canción,
saber que en ella el mar,
el mar herido en esa hora en que todo se pierde,
el mar me buscaría como un amigo muerto en las fotografías.
Cálida, muy cálida arrastrando cipreses,
entraba la noche en Cuernavaca.
En el país de los ojos claros de la cama destendida
ella echaba aún raíces,
la cama bajo la luz del velador de sábanas rosadas en tu cuerpo.
Ella echaba aún raíces,
país de los ojos claros.
(Abrígame, apresúrate,
distrae mi razón de búho.
No soportaría otro otoño mi corazón entre estas gentes)
Ahora parte en metro, apresúrate,
Hasta la próxima estación se irá el recuerdo.
Para no dormirse - la noche abre sus llagas -,
encenderá su radio, comprará 'ovaciones'*, fijará la vista duende
- un salto de venado - en la mujer del suéter amarillo,
en los abismos retrasados de su día,
en los otros sus otros naguales por los andenes.
Fijará la hora.
Anda, apresura la reseca canción, no la demores.
El afiebrado viento de las ventanillas en tu ropa, los pies húmedos,
el revólver que hunde su ojo de cíclope hasta el fondo del bolsillo.
(Acabará la noche con sus llagas en la mesa de la hormiga,
en la ojerosa sentencia de los vegetales)
¿Qué más color huía del abrigo?
(Acabará la amaestrada noche por el cielo apagado de las estaciones.
Cuatro uniformes azules bajarán su cuerpo)
No se soporta el aire.
Un Chac Mool nos ve pasar. Sonríe. El va sentado.
La policía, como un dios, nos quiere muertos.
Abrígame, apresúrate.
Entre las uñas crecidas anda el espíritu desconocido de mí.
Tacuba a las ocho.
Abren las puertas de la asfixia.
Unos indagan desaparecidos trajes.
Como ese mar oculto se ciñen infinitos a esta vida,
como ese mar de la canción reseca otros intercambian rostros
de muertes amigas.
Catch me.
Otra estación.
Un torrente oscuro derriba un puerto de hadas.
El novio vigila las faldas de su reina.
Escribo en la cabeza de una india mi poema e.
Cuitlahuac.
Abrígame, apresúrate,
proclama mi retiro,
no soportaría otro otoño mi corazón.
La cena en la Casa de los Escarabajos, recuérdalo.
La callada misión de hablar muy solo y quedo en los cuadernos.
Recuérdalo.
Suele llover en la rutina de los ángeles.
Debía escribir, comer contigo,
echar la suerte en el mantel de hule con los antiguos instrumentos,
con la mirada de la corneja que tienta su camino.
Ya, vámonos.
La ciudad que redime espera arriba.
Ya, salgamos.
Esta es la última boca.
Temblor otra vez. La mujer del suéter amarillo.
El violín de las manos destrozadas.
No me queda más este papel para nombrarte.
Recuérdalo,
la mujer que va a romperse ríos en las piedras del Zócalo
será ciega guitarra del desafinado ámbar.
Entre una lenta letra que no se completa
y el brindis de los espejos descubiertos,
el mensaje herido.
Recuérdalo,
suele llover en la rutina de los ángeles.
¡ Nomás la amenaza de los elementos para que sea posible !
Nomás la amenaza, país de los ojos claros, de los elementos,
para que sea posible la canción,
la reseca canción que te debía.
*ovaciones: periódico vespertino muy popular en México
Nota del Editor:
Recibí el video enviado por un gran amigo poeta y escritor, santafesino.
Y me encantó la música, la fotografía y la poesía que el mismo encierra.
Por eso lo incluí aquí.
Lic. Jose Pivín
frente al puerto de Haifa
frente al Mar Mediterráneo
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