jueves, 30 de agosto de 2012

SANTA FE: HOMBRE DE CULTURA, CARLOS CATANIA.


Carlos Catania


Escribe desde muy pequeño y nunca dejó de hacerlo. Trabajó en teatro y cine, publicó varios libros y, por si fuera poco, incursionó con éxito en el deporte. Trágico en su concepción de la existencia, dice que la literatura puede “otorgar conciencia” al ser humano.

TEXTOS. NANCY BALZA. 
 FOTO. MAURICIO GARÍN


UNA DEFINICIÓN. “Soy, fundamentalmente, un escritor que también ha hecho teatro, cine y televisión. Hay que conocer mucho, leer mucho, disciplinarse en la lectura, tener un orden, una cronología literaria para comprender a los escritores y hacer literatura comparada también. Siendo muy joven gané un concurso en Rosario con un cuento que, junto con otros publicados por El Litoral, integró el libro ‘La ciudad desaparece’ y ganó un concurso que gestionó el Dr. Ángel Savoini. El libro lleva 5 ediciones acá y en otros países. Era muy joven y dije: ‘tengo que escribir’. Mi primera obra de teatro la escribí a los 16, y 20 años después se representó en Buenos Aires. Era ‘La nube en la alcantarilla’

 “.
LA BIBLIOTECA. “Mi papá era médico y cada vez que venía a Santa Fe, me llevaba a San Carlos un ejemplar de la colección ‘Pequeños grandes libros’. Me formé con ellos. A lo largo de toda mi vida, fui armando mi biblioteca y ya no se dónde poner los libros, pero se dónde está cada uno. Actualmente releo mucho; creo que es muy importante para cualquier escritor releer la grandes obras literarias”.


INFANCIA EN SAN CARLOS CENTRO. “Cuando mi papá se recibió de médico y se casó con mi madre, que era catamarqueña, se fueron a vivir a Barrancas. Después se mudaron a Santa Clara de Buena Vista donde estuvieron dos o tres años. Yo nací en Rosario, como todos mis hermanos. Más tarde nos instalamos en San Carlos Centro que fue mi pueblo, al que recuerdo con mucho cariño. Allí está lo que llamo el ‘absoluto’; todo se daba perfecto, no había que tener esperanzas porque la esperanza ya estaba. A esa etapa tan hermosa de mi vida la trasunto en mi segunda novela larga que es “El pintadedos”, acerca de un identificador de huellas digitales de la policía que va a investigar un crimen y le toca su pueblo; ahí se encuentra con todos los personajes que eran mitos de su niñez pero que ahora le parecen desconocidos, transformados”.


ERNESTO SÁBATO. “Éramos muy amigos. Él me recomendó en Barcelona. Mandé el original de ‘Las varonesas’ a Seix Barral y a los dos meses lo publicaron. Fuimos muy amigos desde que vino por primera vez a Santa Fe. Armando Lombardi viajó a Buenos Aires con el Dr. Savoini; visitaron a Borges y a Sábato, y Lombardi llevó ‘La ciudad desaparece’. Parece que a Sábato le interesó el libro y cuando vino a dar una charla a Santa Fe me llamó para que almuerce con él. Después, cada vez que viajaba a Buenos Aires almorzaba en su casona de Santos Lugares. Matilde, su mujer, me ayudó mucho a escribir ‘Genio y figura de Ernesto Sábato’ (Eudeba). Seix Barral publicó ‘Mis conversaciones con Ernesto Sábato’ que es uno de los libros que más éxito tuvo, no por mi sino por Sábato (risas). Después nos empezamos a ver con menos frecuencia, lo llamaba para su cumpleaños hasta que se fue, cuando le faltaban unos días para cumplir 100 años”.

BUENAS CRÍTICAS. “A propósito de ‘Las varonesas’ destaco dos críticas, una de Daniel Divinsky, de Ediciones de la Flor que dijo: ‘Catania es la aparición más original y fulgurante de los últimos años’. La otra es de Cerezales, crítico de España, que escribió: ‘Catania es un renovador de la literatura continental’ “.

TEATRO. “Durante mi carrera teatral monté más de 90 obras y muchas pertenecían a grandes dramaturgos: O’Neill, Camus, Pirandello, Shakespeare, Moliere... y tantos otros. Vivimos una época en que se dieron los grandes movimientos existencialistas y estructuralistas, con reminiscencias del surrealismo. En Atenas, estuve en una puesta en escena de ‘Prometeo encadenado’ que me conmovió. Vi teatro por toda Europa y eso me ha alimentado. Porque ser actor no significa aprender un texto de memoria y repetirlo, sino alimentarse de lo mejor”.

CINE. “En la primera película en la que participé trabajaba Hugo del Carril, Rosa Catá, Mario Passano, Jacinto Herrera... y yo aparezco unos 20 segundos en un primer plano que me toma Lucas Demare. Mi mamá se iba al cine y antes de que apareciera en la pantalla, decía: “ahora viene Carlitos” en voz alta. Después trabajé con Pepe Iglesias, con Zully Moreno, en un bolito de una de sus películas. Además, hice seis filmes para el cine alemán; el primero fue ‘La insurrección’ que se hizo en Nicaragua después de la revolución”.


DOS ESTUDIOS, UNA ELECCIÓN. “En Rosario estudiaba Filosofía y Letras, y Educación Física. Fui acróbata, y trabajé de volante en el circo de los Hermanos Palma, de esa ciudad. Cuando me recibí de Prof. de Educación Física no seguí con Filosofía y Letras, y me hice autodidacta. Luego trabajé en Regatas, pero lo primero que hice con los chicos de gimnasia y acrobacia y grandes aparatos, fue un grupo de teatro que se llamaba Carrousel. Eran dos: con el I hacíamos obras serias, y con el II, revista musical”.


MOVIDA CULTURAL. “Veo que en Santa Fe hay muchas salas. Hay gente que está haciendo muy buen teatro y otros que están haciendo pésimo teatro. Pero hay mucho movimiento, no como el de antes que era -si se quiere- exagerado. Había de todo. Los festivales de música eran extraordinarios. Fue la época entre el año ‘55 y el ‘61. Hay que considerar todo lo que pasó en el país, donde no solo se cerraban las salas sino que se incendiaban. Los jóvenes de ahora están tratando de expresarse de forma muy seria y hay que apoyarlos en todo sentido”.


UNA TABLA EN EL MAREMOTO. “Veo al mundo en un caos horroroso y, aunque no entiendo nada de política, soy enemigo del ultraneoliberalismo que crea cada vez más pobreza. El hombre ha retrocedido, se habla mucho del progreso, pero ¿existe?. La literatura, no es que vaya a salvar al ser humano, pero le puede otorgar conciencia. Como decía Carlos Fuentes, es el único país libre que nos queda. Creo que la literatura es una pequeña tablita para salvarnos dentro del maremoto, porque nos otorga la conciencia que lo cotidiano desvirtúa”.
así soy yo

Personal
Carlos Catania nació en Rosario, cursó casi toda la primaria en la escuela Sarmiento Nº 365 de San Carlos Centro, y la secundaria en el Colegio Inmaculada de Santa Fe. Otra vez en Rosario, estudió Filosofía y Letras, y Prof. de Educación Física, carrera que eligió para ejercer, aunque siempre siguió escribiendo. Fue uno de los fundadores e integrantes del grupo Teatro de los 21.

PROYECTOS
“En septiembre viene mi hermano Alfredo y vamos a reponer la obra “Sibelius”, que hicimos con éxito en varios países. Además, escribo todos los días: tengo que terminar cuatro libros que están en proyecto, dos de ellos avanzados y otros 

dos en bosquejo”.
EL DEPORTE
“Gané muchos torneos nacionales de clavados, inauguré la plataforma de diez metros de Unión, y representé al Ateneo Inmaculada en varios torneos de natación. Soy un amante del deporte”.


MAESTROS
“Tuve dos grandes maestros: Oscar Fessler y Atahualpa del Cioppo. En esa época pensaba, y sigo pensando, que los grupos, donde hay polémicas y versiones contradictorias, son los que dieron más frutos al teatro argentino”.


MOMENTOS FELICES
“Las dos etapas más felices de mi vida fueron en San Carlos, y los últimos 25 años junto a Indiana, mi esposa, ex jueza. Dentro de esa misma felicidad estoy”.


FUENTE: DIARIO EL LITORAL, SANTA FE

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