Fue por el “déficit económico” debido a la
baja matrícula. El cursado y egreso de los alumnos de las tres carreras (una
licenciatura y dos tecnicaturas) estarían garantizados hasta 2020. Buscan
resolver la situación de los profesores.
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Luciano Andreychuk
landreychuk@ellitoral.com
El directorio de la Universidad Católica de Santa Fe (UCSF) decidió suspender las actividades de su Facultad de Ciencias de la Tierra y el Ambiente, donde alguna vez se dictó la histórica carrera de Edafología. La decisión se debió al “déficit económico” por la baja matriculación de alumnos que tenía esa unidad académica, la cual ofrecía tres carreras: una licenciatura en Ciencias de la Tierra y el Ambiente (ex Edafología) y dos tecnicaturas en Gestión Ambiental con orientaciones en Gestión de Residuos y Gestión Portuaria. Desde inicios de este año ya se dejaron de tomar nuevos inscriptos.
Aunque el cierre se había anunciado en el segundo semestre de 2013, la medida sorprendió a propios y extraños, más a propios: qué iba a pasar con los alumnos cursantes de esas carreras, con los docentes y con el personal directivo y administrativo, fue el interrogante que despertó inquietud y preocupación. El Litoral solicitó entrevistas para obtener respuestas sobre el tema con las autoridades académicas y del directorio de la Universidad, pero éstas decidieron llamarse a silencio.
Por lo que pudo saberse de varias fuentes consultadas, pese al cierre de esa unidad académica, los actuales alumnos de las tres carreras (que serían unos 30 ó 40 jóvenes) podrían seguir cursando y rindiendo las materias adeudadas hasta recibirse, en un plazo que se extendería hasta 2020. A su vez, se desarticuló el organigrama de autoridades: ya no hay decano ni secretario académico, sino un coordinador de carreras y un administrativo que se encargaría de las asistencias, certificados y otros trámites estudiantiles.
Por otro lado, el Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas (que ofrece servicios a terceros que generan ingresos económicos, como el Sistema de Estimaciones Agrícolas), el cual dependía de esa Facultad, no desaparecería y pasaría a la órbita del Rectorado de la UCSF.
Solicitada
El 1º de marzo pasado salió publicada en este diario una solicitada firmada por “la comunidad educativa de la Facultad de Ciencias de la Tierra y el Ambiente de la UCSF” (no se mencionan nombres propios). En ese texto, se cuestiona la decisión de la universidad, considerándola de “arbitraria” e intempestiva”. Y se citan los argumentos esgrimidos en resolución Nº 4/2013 -del 1º/07/2013- que formaliza el cierre de la unidad académica: “La falta de interés de la sociedad respecto a las carreras que se dictan” y el “déficit económico” que la citada Facultad generaba.
“Llamativamente, en épocas en que el paradigma ambiental atraviesa y condiciona todos los órdenes del saber y de la gestión, y en que el mundo de la ciencia y la política efectúan esfuerzos denodados por revertir la degradación que el modelo vigente de crecimiento económico y de consumo ha ocasionado en el ambiente (...), la UCSF ha resuelto de buenas a primeras el cierre de una unidad académica formadora de profesionales capacitados en las ciencias del ambiente, esgrimiendo motivos exclusivamente económicos”, sostiene la solicitada.
También ese texto advierte que habrá “docentes que perderán su fuente de trabajo, alumnos que tendrán serias dificultades para culminar sus estudios (...)”. Con respecto a este último punto, El Litoral pudo saber que los alumnos podrían seguir cursando sus estudios y recibirse hasta el 2020 (es decir, habría un plazo de 7 años). A cada título lo expediría la Facultad de Ciencias de la Tierra y del Ambiente, con el aval de la Universidad, aunque ya no exista formalmente.
¿Y los docentes?
Con respecto a la situación de los docentes, la cosa parece ser un poco más complicada. El Litoral consultó a una fuente -que pidió reserva de nombre- para conocer en qué situación quedarán los profesores de la facultad que se cerró: “Los de 2º al 4º año seguirían dictando las cátedras. Con respecto a los de las materias de 1º año, hay entre 10 y 15 profesores que ya no recibirán ingresantes”.
“Estos docentes -prosiguió la fuente- serían absorbidos para carreras de otras facultades (como Arquitectura) o para tareas de investigación o para materias optativas de otras carreras. Habrá readecuación de ese plantel. Aquel profesor que no tenga intenciones de ser reasignado, seguramente se le ofrecerá algún tipo de ‘acuerdo’ desde la universidad. Pero puede darse que algunos queden sin trabajo. Para tener un mayor respaldo gremial, muchos se han afiliado al Sadop (actualmente el gremio que nuclea a profesores de la UCSF es Apuc)”, dijo.
“Lo negativo de esto es que en un mundo donde la cuestión ambiental está tan en boga, hasta en la voz del propio Papa Francisco, y donde cada vez más se necesitan profesionales sobre gestión del medioambiente, se cierre una facultad que ofrecía una formación completa argumentando déficit económico. Y, paradójicamente, la universidad sigue abriendo carreras en otros puntos de la provincia (como en Rosario)”, opinó la fuente consultada.
Poca difusión
El Prof. Juan Acuña, docente de la Licenciatura en Ciencias de la Tierra y el Ambiente, con poder otorgado por los demás profesores y “con 37 años de docencia en la facultad” -según dijo-, opinó ante la consulta de El Litoral que “lo peor es el mensaje que se le da a la sociedad (con el cierre de la unidad): que no se quiere enseñar la ciencia del ambiente, en un país donde la agroindustria y la agricultura aportan tanto y necesitan de más de profesionales. “Nos dijeron que la facultad se cerraba por poca matrícula. Pero la realidad es que no se le daba difusión. Pese a la situación, todos tenemos gran respeto por esta universidad”.
landreychuk@ellitoral.com
El directorio de la Universidad Católica de Santa Fe (UCSF) decidió suspender las actividades de su Facultad de Ciencias de la Tierra y el Ambiente, donde alguna vez se dictó la histórica carrera de Edafología. La decisión se debió al “déficit económico” por la baja matriculación de alumnos que tenía esa unidad académica, la cual ofrecía tres carreras: una licenciatura en Ciencias de la Tierra y el Ambiente (ex Edafología) y dos tecnicaturas en Gestión Ambiental con orientaciones en Gestión de Residuos y Gestión Portuaria. Desde inicios de este año ya se dejaron de tomar nuevos inscriptos.
Aunque el cierre se había anunciado en el segundo semestre de 2013, la medida sorprendió a propios y extraños, más a propios: qué iba a pasar con los alumnos cursantes de esas carreras, con los docentes y con el personal directivo y administrativo, fue el interrogante que despertó inquietud y preocupación. El Litoral solicitó entrevistas para obtener respuestas sobre el tema con las autoridades académicas y del directorio de la Universidad, pero éstas decidieron llamarse a silencio.
Por lo que pudo saberse de varias fuentes consultadas, pese al cierre de esa unidad académica, los actuales alumnos de las tres carreras (que serían unos 30 ó 40 jóvenes) podrían seguir cursando y rindiendo las materias adeudadas hasta recibirse, en un plazo que se extendería hasta 2020. A su vez, se desarticuló el organigrama de autoridades: ya no hay decano ni secretario académico, sino un coordinador de carreras y un administrativo que se encargaría de las asistencias, certificados y otros trámites estudiantiles.
Por otro lado, el Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas (que ofrece servicios a terceros que generan ingresos económicos, como el Sistema de Estimaciones Agrícolas), el cual dependía de esa Facultad, no desaparecería y pasaría a la órbita del Rectorado de la UCSF.
Solicitada
El 1º de marzo pasado salió publicada en este diario una solicitada firmada por “la comunidad educativa de la Facultad de Ciencias de la Tierra y el Ambiente de la UCSF” (no se mencionan nombres propios). En ese texto, se cuestiona la decisión de la universidad, considerándola de “arbitraria” e intempestiva”. Y se citan los argumentos esgrimidos en resolución Nº 4/2013 -del 1º/07/2013- que formaliza el cierre de la unidad académica: “La falta de interés de la sociedad respecto a las carreras que se dictan” y el “déficit económico” que la citada Facultad generaba.
“Llamativamente, en épocas en que el paradigma ambiental atraviesa y condiciona todos los órdenes del saber y de la gestión, y en que el mundo de la ciencia y la política efectúan esfuerzos denodados por revertir la degradación que el modelo vigente de crecimiento económico y de consumo ha ocasionado en el ambiente (...), la UCSF ha resuelto de buenas a primeras el cierre de una unidad académica formadora de profesionales capacitados en las ciencias del ambiente, esgrimiendo motivos exclusivamente económicos”, sostiene la solicitada.
También ese texto advierte que habrá “docentes que perderán su fuente de trabajo, alumnos que tendrán serias dificultades para culminar sus estudios (...)”. Con respecto a este último punto, El Litoral pudo saber que los alumnos podrían seguir cursando sus estudios y recibirse hasta el 2020 (es decir, habría un plazo de 7 años). A cada título lo expediría la Facultad de Ciencias de la Tierra y del Ambiente, con el aval de la Universidad, aunque ya no exista formalmente.
¿Y los docentes?
Con respecto a la situación de los docentes, la cosa parece ser un poco más complicada. El Litoral consultó a una fuente -que pidió reserva de nombre- para conocer en qué situación quedarán los profesores de la facultad que se cerró: “Los de 2º al 4º año seguirían dictando las cátedras. Con respecto a los de las materias de 1º año, hay entre 10 y 15 profesores que ya no recibirán ingresantes”.
“Estos docentes -prosiguió la fuente- serían absorbidos para carreras de otras facultades (como Arquitectura) o para tareas de investigación o para materias optativas de otras carreras. Habrá readecuación de ese plantel. Aquel profesor que no tenga intenciones de ser reasignado, seguramente se le ofrecerá algún tipo de ‘acuerdo’ desde la universidad. Pero puede darse que algunos queden sin trabajo. Para tener un mayor respaldo gremial, muchos se han afiliado al Sadop (actualmente el gremio que nuclea a profesores de la UCSF es Apuc)”, dijo.
“Lo negativo de esto es que en un mundo donde la cuestión ambiental está tan en boga, hasta en la voz del propio Papa Francisco, y donde cada vez más se necesitan profesionales sobre gestión del medioambiente, se cierre una facultad que ofrecía una formación completa argumentando déficit económico. Y, paradójicamente, la universidad sigue abriendo carreras en otros puntos de la provincia (como en Rosario)”, opinó la fuente consultada.
Poca difusión
El Prof. Juan Acuña, docente de la Licenciatura en Ciencias de la Tierra y el Ambiente, con poder otorgado por los demás profesores y “con 37 años de docencia en la facultad” -según dijo-, opinó ante la consulta de El Litoral que “lo peor es el mensaje que se le da a la sociedad (con el cierre de la unidad): que no se quiere enseñar la ciencia del ambiente, en un país donde la agroindustria y la agricultura aportan tanto y necesitan de más de profesionales. “Nos dijeron que la facultad se cerraba por poca matrícula. Pero la realidad es que no se le daba difusión. Pese a la situación, todos tenemos gran respeto por esta universidad”.
Fuente: DIARIO EL LITORAL- SANTA FE- ARGENTINA
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