lunes, 30 de enero de 2012

Abel Edgardo Schaller, poeta de Paraná, la ciudad hermanada por el Tunel Subfluvial


El sur se agrisa de pronto…

El sur se agrisa de pronto

entre relámpagos fieros

y en un retumbo de truenos

arremete el aguacero.


La tierra se abre en aromas

para los filos fresquitos,

y una pátina de charcos

retoza entre los globitos.


Entonces la tarde crece

en risas como campanas,

los techos regocijados

y a pleno niño las ganas.


Mansamente cae el cielo

y detrás de los visillos,

la lluvia junta los rostros

ansiosos de los chiquillos.


Fresca corre el agua, fresca,

sobre cunetas cercadas

por canillitas de barro

y algarabías mojadas.


Desde la urgencia descalza,

la siesta ignora la casa

con súbitos botecitos

y marineros de estraza.


Yo navegué esos barquitos

con rumbos ensueñecidos,

capitán de dulces mares

donde no amarra el olvido.


Y en esos barcos se fueron

los sueños, la edad dorada,

los júbilos de las lluvias,

la vida, como si nada.


Abel Edgardo Schaller-

http://www.cronicaliteraria.com.ar



SAGA DE HIERRO

1)

Puñal de miriñaque entre los pastos
hiende las quietas soledades frías,
sobre certezas de la geometría
monótono le cruje el duro trasto.
Como enhebrando pueblos en el vasto
y añoso mapa de las lejanías,
con negritud bufante engulle vías
saciándose en distancias de balasto.
Lleva una estrella temblorosa y sola,
una pequeña mota de rezago,
que parpadeando en su furgón de cola
señala la quietud del horizonte
cuando, suspenso en un humito vago,
se funde entre las sombras y los montes.
2)

Tempranos de brisas y amorseco,
pardos de liebres súbitas, venían por los campos.
En el andén gregario comadreaban sus horas las sencillas esperas.
Y era un contento ver las estaciones claras,
llenas de ásperas manos de trato delicado,
mujeres aferradas a cestos minuciosos,
traslúcidos niños que corrían mariposas y sonrisas,
algún viejo bichando desde un chala, anónimo de años,
perros vagabundos detrás de cualquier gesto
con un comedimiento muy parecido al hambre.
Eran los descifrables modos
de una fiesta que el pueblo hacía suya
por obra y gracia de la soledad y de los mapas.

Después, en una diáspora de vapores y gorriones,
la voz de la campana desparramaba gestos y pañuelos.
Sobre el temblor overo de algún carro,
un par de adioses largos se sacaba despacio los abrojos.

3)


Hay que verlos allí, en medio de un páramo de olvido,
indefensos de solemnidad y herrumbres,
los aceros reumáticos y solos.
Junto a galpones que esparcen murciélagos y silencios,
los han llevado a morir…..
¿Qué de aquel bronce tañidor de andenes,
de vidrios empañados que juntaban mejillas?,
¿qué del pitido largo que agitaba los brazos
con recomendaciones mudas?,
¿qué del asombro de los girasoles,
del espanto sesgado de las liebres?
¡Mirad sus correrías de humo y panaderos!,
agudo miriñaque desflorando
las ofrecidas donosuras de los campos.
Hay que verlos allí, verificarles esa postración inútil,
la luna interpelándole los lomos,
o el sol a pique sobre los vestigios rancios.
Un tañido ausente desala gorriones invisibles,
mientras los días los enyuyan de tristeza y hastío.
Bajo la lluvia, pesados de oscuridad sin culpas,
una traición de utilería los ha llevado a morir.
Sobre las vías yacen las desinencias en ruinas
del óxido y del siglo.
Con su boleto de ida, el porvenir les ha deshecho las esperas.

Parole .....
La generación llamada a reemplazarnos
apenas si ha leído a Cervantes,
o bien cree que es sólo el nombre
de un teatro o de una calle.
El idioma es un monedero sin dueño
que contiene preciosas monedas
en fuga permanente;
los bríos de una lengua
los tienen los hablistas.
De modo que violiniza el violinista,
oculiza el oculista y marmoliza el marmolista.
Pero si el cura se pierde en un convite de naipes,
¿qué harán los monaguillos?
Por ahí andan las palabras, sin tutelas,
como pobres huérfanas;
y sin embargo, babélicas y errantes,
infligen cataclismos e íntimos valles
en donde pacen sin apuro
las certidumbres ávidas del tiempo.
Como él, no tienen límites,
y vagan por el mundo nombrando lo nombrado,
porque ninguna de ellas
penetra en la médula arisca de las cosas.
Como si habláramos por señas,
ocurre entonces que ese misterio
se echa a abrevar en los silencios,
allí donde respiran, invisibles,
las sedas sin tocar de la metáfora.

http://letrasenelanden.blogspot.com

nota del editor de este Blog,
leí por primera vez estas poesías de Abel,
entrerriano que tambien es poeta. Y me
gustaron sus textos.

Por eso me tomo el atrevimiento de
'tomarlas prestadas' de los Blogs en
que fueron publicadas.

Espero les guste a mis lectoras/es !!!

Este es mi sencillo homenaje a un
poeta que no conocí mientras yo
vivía en Santa Fe y el, del 'otro
lado del charco'.

Lic. JOSE PIVIN
frente al puerto de Haifa
frente al mar Mediterráneo

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