domingo, 6 de febrero de 2011

ENTRE PINGÜINOS :Viaje al encuentro de la fauna de las islas Malvinas más salvajes

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Este remoto enclave del Atlántico sur se ha convertido en uno de los destinos favoritos de los naturalistas aficionados

por EDUARD VIDAL /
Puerto Stanley


Tristemente más asociadas a una guerra que a un paraíso, las islas Malvinas se han convertido en un reconocido destino turístico de los naturalistas aficionados al encuentro de la fauna salvaje más dócil de la tierra. No es un oxímoron. La posibilidad de acercarse a los animales es uno de los principales atractivos para los visitantes de las islas.


Ubicadas en el océano Atlántico sur, frente a las costas de Argentina, son territorio británico de ultramar, con una superficie cuatro veces mayor a la de Mallorca y una población que ronda apenas los 3.000 habitantes.

Pingüino rey. Es la segunda especie más grande de su género, puede alcanzar los 15 kilos de peso y se sumerge hasta los 200 metros de profunidad en busca de peces y crustáceos.


EDUARD VIDAL

El excelente estado de conservación de la mayoría de las islas hacen de la visita a las Malvinas un viaje al pasado, a la naturaleza virgen. Las aves y los mamíferos marinos son la fauna más relevante para los forasteros.


La vida salvaje se concentra sobre todo en las costas, en playas y acantilados donde abundan las colonias de pingüinos, albatros, cormoranes y gaviotas, a menudo mezcladas, que se reúnen durante el verano austral, la época de cría. No es nada raro poder observar un grupo de pingüinos reales empollando los huevos al lado de ovejas que pastan tranquilamente.


Los mamíferos más abundantes son los lobos marinos y los elefantes marinos, que pueden alcanzar los cinco metros de longitud y pesar casi tres toneladas.


Conscientes de la importancia de preservar la naturaleza, las autoridades locales y grupos conservacionistas de las Malvinas llevan a cabo numerosos programas de conservación, investigación y divulgación de la vida salvaje.


En las islas los paisajes se asemejan a los del norte de las islas británicas, de indudable belleza aunque sin árboles, carencia que los colonizadores, a partir del siglo XIX, subsanaron plantando especies que ofrecieran al mismo tiempo belleza y protección contra el viento, intenso y siempre presente, alrededor de sus casas y asentamientos.


Los primeros humanos en explotar la naturaleza en las Malvinas, a caballo entre los siglos XVIII y XIX, fueron los balleneros, que complementaban sus capturas de cetáceos con grandes matanzas de focas y pingüinos para aprovechar sus grasas. El expolio continuó durante décadas hasta que se entendió que se estaba llegando al límite y entonces se empezaron a imponer cuotas de capturas y luego se llegó a la prohibición total.



Hoy en día las exigencias a los turistas son muchas, se limita el número de visitantes e incluso se vallan ciertas zonas donde el acceso de las personas podría perturbar o incluso impedir que los animales se reproduzcan.

Domingo 6 de Febrero de 2011
fuente: http://www.elperiodico.com/es/noticias/ciencia-y-tecnologia/20110206/viaje-encuentro-fauna-las-islas-malvinas-mas-salvajes/694113.shtml



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