miércoles, 30 de diciembre de 2009

Investigaciones: Incidencia de los rayos UV sobre el cuerpo humano en distintas posiciones durante el mediodía solar.




Un grupo interdisciplinario de investigadores*del Instituto de Física Rosario (IFIR-CONICET), la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura de la UNR (FCEIA), la Facultad Regional Concepción del Uruguay de la UTN y del Servicio de Dermatología del Hospital Carrasco realizó un estudio que analiza la incidencia del sol sobre el cuerpo humano ubicado en distintas posiciones. Esta investigación permitió detectar cuáles son las zonas de la piel que deben recibir mayor protección contra los rayos ultravioletas (UV) al exponerse al sol.

El trabajo fue presentado y premiado en el “XXI Congreso Mundial de Dermatología” realizado en la ciudad de Buenos Aires, entre el 30 de septiembre y el 5 de octubre de 2007.

Los científicos determinaron cuantitativamente que, en horas del mediodía solar de verano, en posición vertical (de pie), los puntos que reciben mayor radiación son: la parte superior de la cabeza, orejas, nariz, labio inferior, hombros y la parte superior de los pies; mientras que en posición horizontal (boca arriba) los rayos UV se distribuyen más homogéneamente, siendo su impacto menor sobre las zonas laterales.

Para obtener estos resultados, los expertos utilizaron un instrumento denominado biómetro, el cual mide la cantidad de energía que incide sobre una determinada superficie durante un dado tiempo. Este equipo cuenta con un filtro que simula la piel humana y permite estudiar en qué medida la afectan las diferentes intensidades ultravioletas que recibe en distintos ángulos.

Los biómetros, por lo general, están expuestos al sol en forma fija en centros de medición de los servicios meteorológicos o en instituciones afines, de modo que registran la radiación sobre un plano horizontal. En una situación real, sólo una pequeña porción de la piel se encuentra en esta posición; la radiación llega e incide sobre el cuerpo en distintas direcciones. Por lo tanto, para este estudio fue necesario utilizar un equipo portátil, cuyo sensor puede desplazarse en todos los ángulos respecto de la vertical. Variando el ángulo del biómetro, los investigadores midieron cómo inciden los rayos en diferentes orientaciones. “Con esta información podemos reconstituir, en distintas horas del día y para cualquier persona expuesta al sol, cuál es la intensidad de radiación que le llega a cada punto de su piel”, cuenta el doctor Rubén Piacentini, responsable del grupo.

“Estos estudios le permiten a los dermatólogos dar recomendaciones más precisas sobre la protección de sus pacientes al exponerse al sol intenso”, afirma Piacentini y agrega “nuestro análisis se aplica a Rosario y su región, pero se puede extender a toda la Pampa Húmeda”.

La investigación realizada por este grupo interdisciplinario también permitió correlacionar la intensidad de radiación que se registra en los diferentes meses del año y el número de pacientes diagnosticados con enfermedades de la piel. Para esta comparación se estudiaron casi 5000 casos atendidos en el Hospital Carrasco.


Trabajo y exposición al sol

“Queremos enfatizar mucho, no solamente en la protección de personas que están expuestas al sol por esparcimiento, sino de aquellas que lo deben hacer debido a su trabajo”, señala Piacentini.

“Sobre los efectos que los rayos UV tienen en los trabajadores, el científico realizó un estudio interdisciplinario que también fue presentado y distinguido en el “XXI Congreso Mundial de Dermatología”. En este caso, la investigación se llevó a cabo en colaboración con la doctora Cecilia Cañarte de la Fundación Ecuatoriana de la Psoriasis (FEPSO) y su grupo. El estudio se focalizó en el análisis del impacto de la alta intensidad de radiación solar UV que incide prácticamente todo el año sobre pescadores de la costa del Pacífico de Ecuador.

“Estos pescadores trabajan al sol todos los días, durante muchas horas y desde jóvenes, lo que implica que la acumulación de radiación ultravioleta sobre sus cuerpos es enormemente alta”, explica el investigador.

En 2006 la FEPSO realizó una campaña, a fin de detectar si estos trabajadores tenían alguna afección dermatológica. Los especialistas pudieron diagnosticar más de 500 casos entre 150 personas. Esto resulta en un promedio de más tres enfermedades de la piel por paciente.

“En esta investigación dimos un paso más que me resultó muy gratificante”, comenta Piacentini y agrega “les sugerimos algunas protecciones, por ejemplo, vimos que sus lanchas podían tener superpuesto una especie de toldo desplegable, hecho con materiales de la zona, que atenuara el impacto del sol. Esto también lo incorporamos en el trabajo. No nos quedamos solamente con detectar el problema sino que buscamos soluciones”

* Miembros del grupo: Rubén Piacentini. Instituto de Física Rosario, IFIR (CONICET-UNR) y Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura, UNR.
Graciela Salum. Instituto de Física Rosario, IFIR (CONICET-UNR) y Facultad Regional Concepción del Uruguay, UTN.
José Cabrini. Hospital Carrasco Servicio de Dermatología, Extensión de Cátedra Facultad de Ciencias Médicas, UNR.
Susana Margasín. Hospital Carrasco Servicio de Dermatología, Extensión de Cátedra Facultad de Ciencias Médicas, UNR

FUENTE: http://www.cerider.edu.ar/noticias2.html

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