martes, 1 de enero de 2013

Carlos Roberto Morán, talentoso escritor y periodista santafesino y universal celebra 35 mil visitas a su blog en el diario EL PAIS, de Madrid y nos trae su comentario: "El camino de los viajeros", de Irma Verolín

























Cuando está finalizando el año, he tenido la satisfacción de registrar más de 35 mil visitas al blog, en tanto que las páginas visitadas superan las 38.600. Todo lo cual me lleva a renovar mi compromiso de seguir aportando a los lectores comentarios y noticias sobre el mundo literario. No sólo lo relacionado con aquello que producen los grandes sellos, sino las otras expresiones ligadas profundamente a la creación, a la búsqueda del decir. Como ocurre con la novela de Irma Verolín, que hoy comento.


A todos los amigos del blog, mi agradecimiento. Feliz Navidad.

COMENTARIO:

“El camino de los viajeros”, de Irma Verolín. Ediciones de la Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, 2012, 205 páginas. En Argentina: 50 pesos.

NOVELA DE AMBIGÜEDADES Y ELUSIONES




 


Es lo elusivo, aquello que no se termina de decir con total claridad, la “marca” de “El camino de los viajeros”, novela de la argentina Irma Verolín, premiada en 1997 y que sin embargo debió esperar nada menos que 15 años para ser editada. Una verdadera injusticia.

Y lo es porque Verolín aparece como una valiosa voz en el panorama de la narrativa en castellano. Valiosa por su riqueza expresiva, no por la estridencia, que elude en todo momento. La novela transcurre centralmente en Misiones, en la frontera con Brasil, aunque también los personajes –por ser muy viajeros- viven en otros puntos del extenso territorio argentino, como Tilcara, en el norteño Jujuy. O en Córdoba. O en Buenos Aires.

Con todo, los sitios, el paisaje, la realidad histórica (la historia transcurre en el tiempo final de la última dictadura militar argentina, a comienzos de los ’80 del siglo pasado), de cierta manera se diluyen ante la voz de la mujer que narra su vida y, centralmente, que cuenta sus encuentros y desencuentros con Marcos, un médico de frontera.

La relación entre ambos fue extensa e intensa, pero en el presente de la novela ha quedado atrás. En ese presente, la protagonista recibe unas cartas que ella misma escribió a Marcos, pero la narradora poco y nada tiene que ver con la mujer joven, autora de las misivas: “Las firma una tal Irene. Así me llamé yo por aquel tiempo, así me rebautizó Marcos. Ya no me llamo Irene. Me llamé así sólo para Marcos y los pocos amigos del monte, para los viajes, para la ciudad en la que terminamos viviendo”.

Quienes conocen personalmente a Verolín –no es mi caso- aluden a la literatura autorreferencial que, al parecer, aplica en su obra. Siendo así, sus textos terminan siendo (o, en todo caso, esto queda en evidencia en “”El camino de los viajeros”), confidencias en voz baja, como bien señala Enrique Solinas en el blog El incendio.

Confidencias sazonadas con confesion es de parte que, a su vez, están morigeradas por el humor.


La mujer que bebe


La que narra bebe, cada vez más, quizás para comprender, quizás para tolerar, soportar, el complejo medio ambiente, la selva misionera (foto), en el que ha ido a vivir (ella, criatura de la gran ciudad). Y así como ella bebe, ellos viajan. De pronto a Marcos y a la entonces llamada Irene tienen la compulsión de emprender un viaje, un nuevo viaje. Esos viajes hacia ninguna parte que develan otra cosa.

Y aquello que termina develándose se llama insatisfacción. Están y no están ahí, nunca. Marcos es un médico de frontera que debe luchar contra mil imponderables para poder atender satisfactoriamente a sus pacientes. Algo que, claro está, casi nunca consigue.
Ella, a su vez, bebe porque no termina de encontrarle el sentido a ese vivir en lo que llama monte, esto es el arduo territorio misionero, selvático, de escasos habitantes, que pide muchos sacrificios para residir en él. “Creo que el paisaje adquiere una dimensión metafísica”, reflexionó tiempo atrás la autora hablando de su novela.

Relato que además se puebla de fantasmas, nunca totalmente explícitos, como tampoco resulta “explícito” el animal al que dan cobijo y a la que ella llama “la criatura”. Un animal que reclama atención y que de pronto se convierte en el centro de la casa. Un animal que también termina separando a la pareja/despareja.

Esta novela de tonos, de ambigüedades, de elusiones, reclama un lector atento y dispuesto a integrarse a un juego en el que las anécdotas –que las hay- no terminan tomando un primer plano protagónico, categórico. Me hubiera gustado un mayor “ahincarse” en la historia de amor narrada. Pero Verolín tomó por otro camino, en el que todo se dice a medias, en el que siempre queda más, para contar.

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Perfil

Irma Verolín nació en Buenos Aires, Argentina, en 1953. Estudió Letras en la Universidad Nacional de Buenos Aires. Publicó tres libros de cuentos: “Hay una nena que gira” (1988, Premio Fondo Nacional de las Artes), “La escalera del patio gris” (1997, primer premio de escritores patagónicos) y “Una luz que encandila” (2010, premio Ciudad de El Colorado, Formosa, Argentina), así como dos novelas: “El puño del tiempo” (1994, Premio Emecé) y “El camino de los viajeros (2012; Premio Mercosur 1997 con el título de “Dos viajeros de la oscuridad”; también se lo iba a llamar “El camino de las araucarias”). Ha escrito además varios libros destinados al público infanto-juvenil. Es autora de ensayos literarios, ha dirigido talleres y recibido numerosos premios, aparte de los apuntados.

http://lacomunidad.elpais.com/cmoran24/2012/12/25/35-mil-visitas-al-blog-comentario-el-camino-los#c3001629
 Carlos Roberto Morán
  "Noticias desde el Sur"

Haifa, 1 de Enero de 2013

querido amigo Carlos,
Mis felicitaciones por haber superado las 35.000 visitas a tu excelente Blog, que es un reflejo exitoso de la seriedad de tu trabajo intelectual y literario.

No creo que haya muchos periodistas y escritores argentinos que tengan sus Blogs o sitios en periódicos serios como El Pais y otros similares en España, y por supuesto no de la calidad del tuyo.

En epocas en que el futbol sigue siendo el entretenimiento de las masas, y los malos programas de televisión son el cloroformo de los tele-espectadores, es un logro que haya gente que se siga interesando por la cultura y la buena literatura.

Lástima que los escritores y poetas esten tan mal pagados por sus creaciones y que lo que reciben de sus editores son migajas con las cuales ni siquiera se puede alimentar a las palomas de las plazas...

Me siento muy contento con tu satisfacción y entusiasmo y aprovecho este mensaje para saludarte a ti y familia en el nuevo año 2013 que hoy comenzamos a transitar, deseándoles todo lo mejor, con buena salud, creaciones, días alegres, felices y pacíficos.

Un fraterno abrazo santafesino desde Haifa, la Perla del Mediterráneo Levantino, en Israel, Tierra de la Biblia.

Jose Pivín
frente al puerto de Haifa
frente al mar Mediterráneo


Editor-Director de 'PAGINA 1'
"Revista digital de cultura, literatura,
artes, actualidad, novedades y tantas
cosas bellas de la vida".


pagina1@gmail.com


 

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