por Jesús Rodríguez Lastra
El asbesto es un mineral complejo que en forma de fibra aparece en la naturaleza, a veces en minas, pero a veces también formando parte del suelo que pisamos. Tiene propiedades sorprendentes que lo han hecho muy útil en los tiempos actuales; es resistente al calor, a la fricción, es económico y ligero, pero a todas esas bondades hay que contraponerle un grave defecto: produce cáncer, y esto es innegable.
Durante muchos años el asbesto se ha usado por las propiedades que ya dijimos para la fabricación de tubos, marcos y techos, unido al cemento, lo que le da una alta resistencia y un bajo costo. Muchas casas están hechas de asbesto-cemento, incluso escuelas, industrias, granjas avícolas, entre otros. Muchas personas se preguntan que, si el asbesto es cancerígeno se deba permanecer o no bajo de un techo de asbesto-cemento, esto ya ha sido estudiado y se conoce perfectamente bien que el asbesto sólo es cancerígeno en forma de fibra; es decir, como viene de la naturaleza.
Hay diversos tipos, y algunos son más cancerígenos que otros, esto se debe fundamentalmente a lo delgada de la fibra y su poder de penetración dentro del aparato respiratorio; es decir, está demostrado que el asbesto que esta forma parte de los techos no produce cáncer y por el contrario removerlo, quitarlo o destruirlo trae dos problemas serios para el hombre y el entorno; el primero es que todos aquellos trabajadores que manipulen ese asbesto están propensos potencialmente de tener cáncer en el pulmón y segundo, el sitio donde se coloque este asbesto va a ser una fuente de contaminación para las aguas, para la tierra, las personas y los animales que estén a su alrededor. Y entonces qué responderíamos a la pregunta de qué hacer con el techo de la casa que tiene asbesto-cemento, lo mejor es dejarlo donde está, pintarlo, darle el adecuado mantenimiento y no tocarlo, eso es lo mejor que se debe hacer. Por último debemos conocer que muchos productos que son potencialmente dañinos, lo son cuando sus límites permisibles, es decir, cuando la cantidad con la cual nos ponemos en contacto supera ciertos valores que por estudios científicos se han demostrado que son dañinos, supera lo establecido; es decir, que respirar ocasionalmente el asbesto no es el problema, sino respirarlo frecuentemente y en concentraciones mayores de media fibra de asbesto por metro cúbico de aire ambiental.
La ecología microscópica
Si bien nos parece que el mundo que observamos es demasiado débil para enfrentar las adversidades naturales, es interesante conocer que hay un mundo que no vemos y que aún una parte de él está inexplorada, que se adapta a las condiciones más adversas y que nos acompaña, los microbios, lejos de ser estos organismos unicelulares, lo que todos pensamos, unas células dispuestas a matarnos, asesinos por naturaleza, no estamos más lejos de la realidad con estas ideas, los microorganismos patógenos sólo son uno de cada mil del total de bacterias, su modo de vida no es destruirnos, sino más bien conviven con nosotros, alrededor de 100.000 trillones de bacterias están en nuestro cuerpo y éstas se comen nuestros desechos y además, nos aportan sustancias que son indispensables para poder vivir, como la vitamina K que producen las bacterias del colon, indispensables para la coagulación de la sangre.
fuente: DIARIO EL CARABOBEÑO
http://www.el-carabobeno.com/p_pag_hnot.aspx?art=a190309t02&id=t190309-t02
jueves, 4 de marzo de 2010
Mi casa tiene techo de asbesto ¿qué debo hacer?
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