miércoles, 6 de enero de 2016

MARÍA BEATRIZ BOLSI, talentosa poeta y escritora de la Ciudad de Santa Fe




























CREAR EL CAUTIVERIO


Incómoda, rebelde duda que subleva:
No comprender
                          por qué ignota jugada del azar
asumió como propio de su humano destino
atávico mandato de armar mundos
de ordenar las costumbres
                                            y los gestos
de organizar el tiempo, conjurado huésped,
                    con desolada irreverencia de pétalo tardío.

Largo oficio del hombre
de remontar en la raíz
su condición de brizna
                              alzar en vertical los ritos cotidianos
                               que visten
                                                    desde lejos
quién sabe qué estrategias de cristales
                                             para ceñir el tiempo.

En la yerma terraza de su miedo
le inventa los paisajes a la nada
pone escarchas al rumbo de los pájaros
y un calendario estricto
                                   para fijar el beso.
Un escozor de cruz y de destierro aguardan.
Bajo un cielo
donde la lluvia muerde
su gastado  ademán entre las grietas
se yergue, avanza, cae, se interroga:
                         nutre con avidez de siglos
la impiadosa hoguera


                                       de su cautiverio.





Lo necesario


Busqué un lugar
donde los derrotados laberintos de los hombres
no quebraran el silencio.
Un lugar
donde los ojos
ardieran de llanura.
Busqué
      cayendo
presintiendo el fondo
la rama de un árbol
de nuevo un relámpago
o acaso
la sombra cambiante de un cirio
para develar
         la clave primera de un poema.

Buscaba lo innecesario.

Bajo la piel estaba.
            En la espuma del agua que ha olvidado su sombra,
            en el cuenco de un instante recobrado
            en la sencilla luz
                       de un patio antiguo.
Tan cercano el poema
                        para nombrar
                                     lo necesario.





                    
ANDAR EN PALABRAS


Quizá  ya me parieron
atada a la palabra.
En el húmedo nido
            un alba de palabras.
Allí
      desde la misma fuente.
Crecí con ese lazo.
Balbuceante.  Sonoro.
Con puñados de sílabas
               con fragmentos de frases
que nombraron el árbol
                 el abrigo y el tiempo,
                 el desgarro del sol
la orfandad de los vasos
                 la jaula de los sueños
                           el barro de la ausencia.
Camino
     y se mojan con la lluvia,
resuenan con el eco
                       de antiguas cavernas minerales,
se abruman en otoño
                  y un espejo de azul las tornasola
como a los transparentes
                        frutos de la tierra.
Por ellas sigue viviendo
               todo lo que he perdido.
Tiemblo
          si amanezco un día
                             desnuda de palabras.




REMAR EL SOL


Dormita el río
-paloma de fuego-
                           en la mitad del día.
                                                                  Y en su fluir
                 desmadejado
                         leve
nace en brazos de sauce
                                       y de silencio.

Remar el sol
                              y hacerlo germinar
en las orillas.

El pescador mira a lo lejos
y es la lejanía
costumbre de sus ojos
                 para empujar
                                        la vida.

                                                              Río arriba
                        canoando el tiempo
                                     sin bajar los brazos.



ESA MUJER QUE ESCRIBE


Inclinada
              sobre el escritorio
percibo
una mujer
        entre papeles.
Un aire de silencio
                   la circunda.
No la sobresaltan las voces
                                          cotidianas.
Ella guarda voces
                     más antiguas
ecos en la marea de sus días
escalofrío
                     de algún dolor
entre un siempre
                                y hasta nunca.
Unidos al papel
            los ojos y las manos.
Escribe
        con brasas
                         de su memoria
                                   para perpetuar lo que no dura.

Se hizo noche en el cuarto.
Ella
         seguirá escribiendo
hasta que también
                        se haga noche en su vida.






MARIA BEATRIZ BOLSI


CURRICULUM:

Profesora en Letras, egresada de la Universidad Nacional del Litoral. Docente e investigadora universitaria.

Disertante en Congresos de Lingüística y Encuentros de Escritores en el país y en el extranjero (En Las Palmas de Gran Canaria-España; en Quito-Ecuador; en Santiago de Chile y Montevideo-Uruguay).  
Sus cuentos y poemas han merecido numerosas distinciones en certámenes literarios provinciales, nacionales e internacionales. En el Certamen Nacional de Poesía “Duilio Ferraro”Edición 2007,  organizado por la Asociación Dante Alighieri de Buenos Aires y la Casa de la Cultura Greco-latina, su poema “Nonno immigrante”- obtuvo Mención Especial- (entre más de 300 poemas presentados).

Ha sido distinguida como Mujer destacada de la Colectividad Italiana por el Co.Mi.tes, de Rosario en marzo de 2007, por su trayectoria cultural.

Libros publicados: en 1991 “Los caminos del aire”(poemas); en 1999 “El trazo infinito” (poemas) ; en 2005 “Imprevistas criaturas” (poemas y relatos) ; en 2007 “Tradiciones y leyendas del mundo”; en 2011 “La vida por delante” Reflexiones y vivencias de un tiempo sin relojes. Editado por la U.N.Litoral ; en 2012 “Mujer que escribe” (poemas.

Su obra poética se encuentra en más de treinta antologías.

Participante en la Campaña Nacional de Lectura del Ministerio de Educación de la Nación y el Gobierno de la Prov. de Santa Fe “Santa Fe lee y crece”.( 2005).

Fue  Presidenta de la Sociedad Argentina de Escritores (S.A.D.E.) Filial Santa Fe desde el año 2005 y organizadora de la Biblioteca de esta Institución.



 Fuente: recibido directamente de la autora,
 a la que agradezco y felicito por las mismas.



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